Kotoko y Kuro han sido bendecidos por los espíritus conocidos como yokai, quienes les han otorgado a ambos poderes sobrehumanos y únicos. Pero todo poder tiene un coste, y para obtener los suyos Kotoko tuvo que perder un brazo y una pierna, mientras que la vida personal de Kuro se desmorona a su alrededor. Cuando Kotoko sugiere a Kuro que formen equipo para dar caza a los renegados del mundo espiritual, Kuro no tiene motivos para negarse, aunque en ese momento no sabía que Kotoko tal vez tuviera algún otro motivo oculto.