Hiyori, que sabe pescar gracias a su padre, se va un rato para disfrutar de la soledad que le otorga el deporte. Lo que menos se esperaba era conocer a otra chica allí. Ambas pasan su compañía en silencio, pero eventualmente, Koharu la acompaña a pescar. Hiyori admite que se siente nerviosa porque esta tarde iba a conocer a su familia adoptiva, y Koharu admite que esa era exactamente la razón por la cual ella se encontraba allí. Ahora, estas dos hermanas tendrán que compartir una nueva vida juntas.